A veces no sabemos y a veces tememos. De estas razones ninguna es válida para no indagar, no bucear en una nueva forma de trabajo.

Una pregunta del WISC, la prueba de inteligencia más utilizada, dice: “¿Por qué los médicos, aunque lleven muchos años trabajando, deben seguir estudiando?” La respuesta la pueden dar chicos de entre 6 y 16 años. Los psicólogos conocemos bien esta prueba.

No solo se refiere a los médicos. Está claro que nos indica que cualquier profesional o artesano, o artista, o si me apuran, cualquier persona, está en la obligación de actualizarse y renovarse en su trabajo. Creemos que hay que mantener la vida “viva”, el nervio y la inquietud de avanzar y conocer. Y en el caso de los sanitarios, de los médicos, los psicólogos, los fisioterapeutas, los logopedas… con más responsabilidad.

A nosotros nos gusta estar ojo avizor, siempre alertas a las novedades que surjan en cualquier momento, en cualquier punto del planeta. Y lo que nuestro ojo ve, es un cambio. Y nos hemos incorporado. Y queremos convencer. Porque lo vemos claro.

Y cuando acudimos a reuniones de trabajo (networking, dicen ahora) nos damos cuenta de que a muchos les suena ya el término, Prácticas Centradas En La Familia, y se empieza a percibir como algo relevante. Pero también hay quien lo ignora y quien lo teme.

Por eso hemos organizado en SIDI unos seminarios. Para compartir lo que vamos descubriendo (que es mucho) y lo que vamos consiguiendo (que es menos).

Hemos hablado con un diputado autonómico y le ha gustado. Pero dice que no podemos obligar a todos a ir por este camino. Por supuesto. Solo es una oferta. Compatible con cualquiera otra.

Hemos dicho que se trata de una actitud. Todos los modelos tienen que convivir. Cada situación, cada ciudad, cada persona, necesita o quiere o usa su estrategia. Por eso en todos los foros se habla de prácticas centradas en la persona, en la familia, en el individuo. Se habla de flexibilidad, de individualidad. Se rechaza la uniformidad, la homogeneidad. Pensamos que el futuro, en los CAIT y en cualquier empresa, en la sociedad, en los gobiernos, es el respeto. La adaptación a cada uno. Al individuo. A la persona.

Esto nos gusta. Y así lo decimos.